El primer aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de plantearnos edificar en nuestro suelo es saber la diferencia entre suelo rústico y urbano. La diferencia principal es que el suelo rústico no es urbanizable, a diferencia del urbano, que sí lo es.

Pero, ¿cómo podemos saber si nuestro terreno es suelo rústico?

La mejor opción para saber si un terreno es rústico y su clasificación es pedir la cédula urbanística en el Ayuntamiento del municipio donde se ubica la finca. En ese documento se nos informará de su situación, límites para construir, etc.

Antes de comprar un terreno en suelo rústico con la idea de construir, es necesario consultar tanto la normativa autonómica como el plan urbano del ayuntamiento para conocer la calificación del terreno y las condiciones de edificabilidad. Por regla general, no está permitido construir una casa en suelo rústico o no urbanizable. Sin embargo, la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana establece una serie de normas que controlan la edificabilidad, permitiendo que sean las comunidades autónomas las que instauren la propia normativa. Estas autonomías tienen normas que coinciden, destacando la obligación de que cualquier tipo de construcción tiene que armonizar con el entorno rural y para nada se puede realizar una explotación inmobiliaria en zonas turísticas, con la intención de que no se formen núcleos urbanos en dichas zonas.

Aspectos a tener en cuenta

Para saber qué se puede construir, es necesario saber con qué tipo de suelo nos encontramos, ya que existen dos categorías: suelo rústico protegido o suelo rústico común.

El suelo protegido cuenta con medidas de conservación o regeneración, al estar situado en zonas forestales o ecológicas. Por otro lado, se rige por unas medidas de protección que no permiten su modificación. Además, su objetivo es conservar la naturaleza, la flora, fauna o el territorio, que están protegidos por un régimen específico, por lo que no es posible realizar ninguna construcción.

Por otro lado, en el suelo rústico común, se prohíbe la construcción en estos terrenos pero es cada comunidad autónoma y cada ayuntamiento los que establecen sus propias excepciones.

Tipos de construcciones en suelo rústico

Antes de plantear la compra de un suelo rústico para construir en él, es imprescindible consultar las leyes autonómicas y, sobretodo, la planificación urbanística del municipio. Aún con todo, las construcciones más comunes en suelos rurales son:

Viviendas: en este tipo de edificación encontramos dos supuestos, por un lado, que la vivienda se vincule a una actividad económica y, por otro, que se acoja a una excepción de la normativa urbanística.

Rehabilitaciones: en las fincas donde fueron construidas edificaciones con anterioridad a la modificación de la ley, está permitido rehabilitarlas, siempre y cuando se respete su tamaño, altura y forma.

Inmuebles ligados a la actividad económica: una de las construcciones más viables en terrenos rústicos son las que se destinan a la actividad económica para la que está calificado el suelo. En este caso, por ejemplo, si la parcela rústica está destinada a la actividad agrícola, se podrían edificar instalaciones que permitan el desarrollo de esta actividad, siempre y cuando esto entre en consenso con la ley de cada municipio.

¿Cómo solicitar los permisos?

Antes de comprar un terreno con la idea de construir es necesario, como ya hemos comentado, consultar la normativa autonómica y municipal. A grandes rasgos, si esto es posible, habrá que encargar a un arquitecto el proyecto de obra detallado y, si el ayuntamiento juzga que cumple los requisitos, entregará el permiso y el propietario abonará las tasas correspondientes.

En Crops Capital somos expertos en suelos rústicos. Si dispones de una finca y necesitas saber más información sobre esto u otras cuestiones, ¡no dudes en ponerte en contacto con nosotros!