Quizás en general es difícil conocer los diferentes tipos de pozos que existen, ya que normalmente la clasificación más común que se suele hacer es la de diferenciar sondeos y pozos abiertos, pero la realidad es que no es tan simple como eso, hay más modalidades.

En el artículo de hoy ampliamos toda esta información para saber qué tipos de pozos hay en el caso de que necesites uno en tu finca, poder saber cuál es el que más se adecúa a tus necesidades y en función de cualquier otra variable.

¿Qué es un pozo y para qué se utiliza?

Técnicamente, un pozo es una perforación de captación vertical, con la finalidad de explotar el agua freática que contienen las rocas el subsuelo en sus fisuras, en lo que se denomina acuífero. Para trasladar esta agua desde el subsuelo hasta el nivel del suelo se hace mediante un cubo de forma manual o a través de una bomba motorizada.

Hay que tener en cuenta que muchas veces el agua necesita ser tratada antes de consumir, y que es muy importante controlar su calidad a menudo durante toda la vida útil del pozo.

Tipos de pozos

Actualmente se pueden clasificar en 3 tipos:

Pozos excavados

Este tipo de pozos son hoyos excavados en la tierra y, por lo general, son revestidos con piedras, ladrillos u otro material para evitar su derrumbe. Generalmente son muy poco profundos y tienen mayor riesgo de contaminación.

Pozos hincados

Son perforados hidráulicamente en la tierra, e impulsan agua de la zona saturada. Estos pozos son poco profundos y tienen un riesgo de contaminación moderado a alto, proveniente de las actividades terrestres cercanas.

Pozos aforados

Este tipo de pozos son más profundos y, en líneas generales, el revestimiento de las tuberías es de plástico o metal, lo cual protege el agua de la contaminación, lo que hace que estos pozos tengan un bajo riesgo de contaminación. Sin embargo, no debemos olvidar que ningún pozo es considerado sin riesgo total de contaminación.

Construcción de un pozo

Si queremos perforar un pozo de agua o sondeo en nuestra finca, lo primero que tendremos que hacer es informarnos, en líneas generales, sobre la instalación en sí (los estudios técnicos para la perforación del pozo) y los requisitos para que el pozo sea legal. Lo mejor para ello es contar con una empresa con experiencia en perforación de pozos y sondeos, para garantizarnos tanto la seguridad y estabilidad de la perforación como de la captación de agua. Además, también podrán asesorarnos sobre todos los requerimientos administrativos para la legalización del pozo.

Los aspectos fundamentales que debemos considerar a la hora de poder legalizar un pozo son los siguientes:

• Saber si nuestro terreno o finca está en una zona protegida: Esto delimita el uso que podemos hacer del agua. En una zona protegida solo se pueden realizar pozos para el abastecimiento, pero no para el riego de explotaciones agrícolas.
• Conocer la distancia a otros pozos legalizados: Cada cuenca, en líneas generales, establece distancias entre pozos, dependiendo normalmente del caudal.
• Conocer las características de permeabilidad del suelo: posiblemente si es un suelo muy permeable no nos dejen legalizar un pozo, por lo que conocer las características geológicas del suelo nos será de gran ayuda antes de iniciar el sondeo.
• Zonas de agua superficial pública: tenemos que asegurarnos de que nuestro pozo se realiza a más de 100 m. de una zona de agua superficial pública (lagunas, ríos, lagos…).
• Trámites y documentación: necesitaremos la autorización para la obra de captación de aguas y la autorización para la puesta en servicio (legalización). También será necesario el informe favorable de aprovechamiento emitido por el Organismo de la Cuenca correspondiente.
• Todos los pozos tienen que ser legales: es importante legalizar nuestro pozo ya que esto nos evitará problemas en el futuro si algún vecino colindante quisiera construir otro pozo cercano sin cumplir los requisitos legales. Además, esto nos puede evitar sanciones económicas debido al aprovechamiento ilegal de aguas subterráneas.

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