El olivo tiene una gran importancia a nivel cultural, económico y en el ámbito de la agricultura de nuestro país, desde su figura como árbol hasta las aceitunas o el aceite como producto estrella de nuestra industria.

El sector oleícola es uno de los principales en nuestro sistema agroalimentario, con una fuerte carga económica, social y medioambiental. España es el principal productor europeo de aceite: un 44% de la producción de la U.E viene de los olivos que cultivamos con tanta destreza y mimo. En cuanto a términos mundiales, España abarca el 35% de la producción mundial, un dato que nos deja ver la gran importancia que tiene este sector en la economía de nuestra nación. De hecho, la guía EVOOLEUM, publicación de referencia en el mundo oleico, en su sexta edición, ha dado a conocer su ranking anual con los 100 mejores aceites de oliven virgen extra del mundo y el número 1 es un Picual de Jaén.

Sabemos perfectamente los usos que le podemos dar al aceite de oliva, pero, ¿Cuánto sabemos acerca de sus variedades, formas de producción, etcétera?

La variedad más abundante en España y en el mundo en general es la Picual. Esta variedad, con una gran personalidad, ofrece una alta resistencia a las altas temperaturas en la cocina, dispone de mucho cuerpo y en su sabor se puede apreciar un ligero picor. Otra de las variedades más producidas en nuestro país es la Hojiblanca. Su cultivo se extiende fundamentalmente por las provincias de Málaga, Córdoba, Granada y Sevilla y se caracteriza por su aroma y sabor “dulce”. La Arbequina, otra variedad característica de nuestro país, tiene mucho peso en Cataluña (Tarragona y Lérida) y en el Alto Aragón. Esta variedad da un aceite muy fluido y dulce, en el que casi no se perciben sabores amargos o picantes.

Para poder llevar a cabo un buen proceso de cultivo y producción del olivo se tienen que dar una serie de condiciones, y ahí cobran mucha importancia las fincas agrícolas destinadas a la plantación de este tipo de cultivos. El olivo es una especie perenne, exige climas templados, pero a su vez es la especie subtropical más resistente al frío, ya que tolera temperaturas por debajo de los 0ºC. Además, este tipo de cultivo prefiere suelos de texturas más gruesas, especialmente si son olivares de riego, ya que esta superficie posee un drenaje, infiltración y aireación óptimos.

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Te presentamos esta espectacular finca de 50 ha de regadío en la provincia de Jaén, con un excelente rendimiento de olivo en plena producción. La explotación cuenta con un sistema de riego por goteo soterrado por sectores y con capacidad de riego total, el cual se alimenta por placas solares. Al estar rodeada de un entorno tradicionalmente de olivar, el clima y la tierra son dos ingredientes clave para que esta pequeña explotación obtenga un gran rendimiento. Además, se encuentra en una zona plana, donde los trabajos se llevan a cabo con gran facilidad, produciendo excelentes cosechas por encima de la media nacional. En cuanto al regadío, totalmente automatizado, tiene un coste más que económico.

Si nos adentramos en la finca, podemos encontrar una pequeña hacienda agrícola, típica de los países mediterráneos, además de un conjunto de edificaciones susceptibles de rehabilitar, que terminan de hacer de esta finca una oportunidad idónea como inversión o modo de vida.

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