Las encinas son los árboles más utilizados en las plantaciones de trufas. Aunque se han logrado buenos resultados con otras especies (por ejemplo, los robles) se define a la encina como el mejor árbol trufero que existe.

Estos árboles se tratan desde su plantación para que puedan albergar trufas. Se trata de crear una simbiosis entre el árbol y el hongo para que la relación entre ambos sea útil para los dos organismos, pero, antes de adentrarnos en el tema, vamos a ver detenidamente cómo se crea la trufa en este tipo de árboles:

Para cultivar trufa negra en estos árboles los tenemos que plantar inoculados con el hongo, es decir, que lleven el hongo en sus raíces, así, éste creará una relación de simbiosis, ayudándose mutuamente a sobrevivir.

Una vez llevado a cabo este proceso, se plantan las encinas, teniendo siempre en cuenta que hay que buscar el bien del hongo, no el de la planta. Por eso son prioritarios los requerimientos biológicos del hongo, aunque sin descuidar la planta.

Cómo cultivar trufa

En primer lugar, tendremos que atender al tipo de terreno. Existe mucha variedad de zonas donde se puede cultivar trufa en Europa, pero en lo referente al terreno existen algunas directrices que la mayoría de estas zonas cumplen.

Debemos atender al pH del suelo. La trufa negra Melanosporum, abundante en nuestro país, solo crece cuando está entre 7.5 y 8.5 de pH. Además, resulta positivo para la trufa que el suelo no sea muy compacto, ya que de esta manera el agua se filtra sin demasiadas dificultades. Tampoco importa que los suelos sean de gran calidad, puesto que las plantaciones de trufa proliferan en zonas con rendimientos agrícolas bajos, con terrenos de piedra caliza.

En cuanto al clima, el mediterráneo es considerado el mejor para el cultivo de trufas, ya que ellas se adaptan muy bien a las condiciones climáticas mediterráneas (estaciones secas y calurosas y estaciones más húmedas con temperaturas suaves). La media anual de temperatura en una plantación trufera debería rondar entre los 10 y 15 grados, llegando las máximas hasta 25 grados en verano y las mínimas hasta 5 grados en los meses de invierno.

En cuanto a las precipitaciones, según Laumont, expertos en trufas y setas, las cantidades habituales se sitúan entre los 500 y 900mm. Anuales. Por este motivo, conviene tener instalaciones de riego por si algún año es más seco de lo habitual.

El tiempo que tarda la trufa en crecer es un factor variable según las plantaciones, ya que depende de varias causas. En España, se calcula que una plantación puede empezar a dar resultados a partir de los 8 años, aunque este intervalo de tiempo puede variar dependiendo de factores como el clima, las precipitaciones, etcétera.

España, gran productor de Trufa Negra

España es uno de los pocos lugares donde se produce la trufa negra (Tuber Melanosporum) de manera silvestre, bajo las encinas. La trufa tiene una distribución muy limitada en el mundo: principalmente, se halla en estado silvestre en Europa, siendo Italia, Francia y España los países afortunados.

La superficie actual de plantaciones de trufa en España se estima en alrededor de 10.000 ha., que producen el 60% del total de la trufa. En los últimos años, la trufa se ha visto en regresión y, en el año 2020, representaba el 40% del total de la trufa comercializada.

En nuestro país, la trufa supone un negocio que mueve cerca de 7,5 millones de euros al año.

Está claro que en España existen diferencias significativas en la producción en función de la zona en que estén situadas las plantaciones. Así pues, en Teruel se pueden llegar a producir de 30 a 40 Kg/ha de trufa al año, mientras que en Cataluña se consiguen producciones de 15 a 20 Kg/ha y año.

Fincas ideales para la plantación de trufa negra

Os queremos presentar esta finca rústica de 1.800 hectáreas ubicada entre los Pirineos de Huesca y Cataluña.

Los picos, valles y sierras caracterizan esta zona. La región posee la orografía y climatología óptimas para el cultivo de trufa negra y la explotación del pino reforestado. Además, dispone de decenas de hectáreas destinadas a la siembra.

Está ubicada en el Prepirineo de Huesca, en la comarca de la Ribagorza Oriental, situada a unos 100 Km de la capital de provincia y a 70 Km de Lleida.  Se puede acceder a la finca por 3 caminos rurales y está cerca de poblaciones con mucho encanto y atractivo turístico. También cuenta con 10 puntos de entrada distribuidos a lo largo de los 35 Km que conforman su perímetro. Cada uno de ellos dispone de una barrera de acceso para impedir el paso de vehículos no autorizados.

La finca dispone del coto privado de caza. En esta finca habitan Jabalí y Corzo como especies de caza mayor y diversas especies de caza menor entre las que destaca el Zorzal real. La finca está dotada de 15 charcas, 4 cebaderos y 9 puestos de aguardo al Jabalí. La región posee una orografía para el cultivo de la trufa negra.

Dentro de esta preciosa finca se dan diversas zonas que reúnen características excepcionales para la explotación de estas plantaciones. Además, dispone de 72 hectáreas de secano divididas en 3 zonas de siembra.

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